EL PROBLEMA DEL PAN

Aspiraciones de los panificadores

El Centro Comunista de Panificadores, desde hace algunos meses viene efectuando un interesantísimo movimiento que además de tener por móvil un beneficio gremial mejora la elaboración del pan, haciendo que esta faena se desarrolle en condiciones más higiénicas. Hasta hace poco las cuadrillas permanecían en las panaderías durante quince días o un mes y dormían y vivían en el recinto del horno. Gracias a este movimiento, los trabajadores van a las panaderías y, terminada su labor, regresan.

Sentido del lock-out

Repentinamente, los dueños de panaderías declaran el lock-out, como un medio de obtener garantías. ¿Qué garantías deseaban los patrones? ¿Querían fuerza pública? Suponemos que este no era el móvil, puesto que la fuerza pública siempre ha estado al servicio del capitalismo. ¿Qué querían entónces? Su petición de garantías significaba en el fondo una presión contra los poderes publicos, en el sentido de obligarlos a disolver a los panaderos asociados. ¿Podía acoger el Ejecutivo una insinuación de esta índole? Aunque hubiera experimentado la debilidad de ser favorable a los dueños, el Gobierno no tenía ningún fundamento para aceptar esta insinuación. El movimiento de los panificadores se había desarrollado dentro de los medios llamados legales.

Un gobierno que no gobierna

Careciendo de toda razón, el lock-out se convertía en un verdadero atentado contra el pueblo y el gobierno tomando en consideración la trascendencia de este hecho, debió sofocarlo obligando a los dueños a fabricar pan. Tratándose de un artículo tan fundamentalmente indispensable, no se podía ni se debía andar con contemplaciones. Un gobierno que se propone gobernar, un gobierno que declara representar a la mayoría del país, está obligado a intervenir en los hechos de importancia local o nacional. Y no sólo está obligado a intervenir sino que tiene que dar a su actuación el carácter de la mayor conveniencia. Esta muestra de incapacidad gubernativa, ha producido lógicamente la solidaridad del proletariado contra el capitalismo y hemos tenido cuarenta y ocho horas de paro general. Una vez declarado el paro, el gobierno siguiendo su norma tradicional ha llenado las calles de fusiles y fuerzas militares y policiales. A pesar de esto, la Junta Provincial ha dado al representante del gobierno el puesto de mediador. Es lamentable que los movimientos específicamente obreros tengan un epílogo tán triste.