La Asociación de Estudiantes y Carlos Vicuña

Entre la Asociación de Estudiantes de Santiago y don Cárlos Vicuña Fuentes se han cambiado las siguientes comunicaciones:

Señor Carlos Vicuña Fuentes Muy señor nuestro: Se ha perpetrado con vos una de las más grandes injusticias que en Chile se hayan visto. Algunos políticos tendrán en su haber el triste honor de haber contribuído a ella; muchos hombres algún día sentirán - y si no ellos, sus hijos - que se han hecho reos de una criminal indiferencia; pero nosotros que no queremos que se nos confunda con éstos, os enviamos en estas líneas una señal calurosa de simpatía. No recurriremos para hacerlo a los testimonios constitucionales y legales en que tanto se ha insistido, sino a la razón psicológica y moral que aún no se ha puesto de relieve y que se refiere al desamparo en que han quedado aquellos alumnos vuestros que en algunos días más no os verán volver y que ya no tendrán la ocasión de oír de vuestros labios las palabras magistrales. Es en nombre de ese desamparo en que vuestros alumnos quedan que nos dirigimos a vos, para presentaros como homenaje el seguro recuerdo imperecedero de los que ya no serán vuestros discípulos, y para haceros una petición: queremos que sigáis siendo, ex-cátedra, el maestro, título de que no nos acostumbraremos a despojaros, a despecho de toda medida gubernativa; queremos que vuestras palabras nos acompañen y nos guíen, continuando en la labor que algunos quisieron cortar con un decreto que no ha hecho ni hará jamás la menor mella a vuestra dignidad de maestro. Os saludamos respetuosamente a nombre de los estudiantes de Instrucción Secundaria de Santiago.

GERMÁN GRUNWALD, Presidente.

ALBERTO ARRIAGADA, Sec. General

Santiago, 23 de Septiembre de 1921.

Señor Presidente de la Asociación de Estudiantes de Santiago. Presente.

Señor Presidente: Entre las muchas manifestaciones de simpatía que he recibido con motivo de la medida política que me ha arrebatado el cálido afecto de mis alumnos, se distingue por sus relieves morales la hermosa comunicación de Ud. fechada el 23 del presente. En efecto toca Ud. con superior delicadeza y bondad, el único punto doloroso para mí de la desgraciada medida gubernativa: ya no podré diariamente, como antaño. ir a aprender el amor y la piedad en la honda comunión espiritual con mis alumnos, a quienes daba yo una migaja de cultura que me permitía recibir de ellos un mundo de afectos y enseñanzas. La simpatía del mundo estudiantil me indemniza en parte de esta pérdida moral y me da alientos para perdurar agradecido en la noble comunión de sentimientos y de ideas con los jovenes, que embellece y depura la vida social alejándola de la ruda lucha diaria en que hoy día forcejea la demencia de los hombres maduros. Le ruego, señor Presidente, que al recibir esta expresión de calurosa gratitud, quiera trasmitirla también a todos los miembros de su bella institución. Lo saluda afectuosamente su amigo y servidor en la Patria y en la Humanidad.

CARLOS VICUÑA.