KODAK

Reacción disciplinada Sin aceptar las paradojas de Mac-lver que niega la existencia del problema social, creemos que en nuestro país todavía no ha llegado el momento álgido. Y creemos esto porque la gran industria empieza a nacer y porque el país está lleno de riquezas inexploradas y porque la población permanece estacionaria. Sin embargo, la guerra social se avecina y se avecina estimulada por la propia acción de los usufructuarios de la tierra, las industrias y todo lo que sirve para crear riqueza. Ayer, apenas estalladas las primeras huelgas de inquilinos, surgió como fuerza increíble la Unión Agraria encabezada por los más poderosos terratenientes. Hoy nace con feroces proyecciones la Asociación del Trabajo que será el órgano de ataque de todos los capitalistas nacionales y extrangeros que explotan esta tierra. Según sus propias declaraciones se organizan para ayudar al gobierno a que mantenga el orden y para impedir que a los obreros se les haga creer que tienen “derechos absurdos”. Empero, en su aviso se cuidan bastante de no discutir los derechos. Con esto queda todo listo para la grezca.

Robo en los albergues El nuevo Ministerio ha andado con una suerte envidiable. Ha descubierto que en los albergues se robaba a destajo desde tiempos casi remotos. Una población de doce mil albergados consumía según las planillas policiales más de veintitrés mil raciones. Esto como se vé es sólo en el papel porque el Ministro del Interior comprobó que en un albergue donde figuraban más de tres mil personas comían solo mil y tantas. La prensa que como poder del estado se complace en contribuir a la fiscalización ha hecho varias investigaciones. Entrevistó primero al Intendente y éste aseguró que de existir alguna irregularidad, la culpa recaía en la Prefectura que administra los albergues. La Prefectura dijo a su vez que era culpable el comisario Basulto por ser el encargado de responder del buen funcionamiento de dicho servicio. El señor Basulto que también fué entrevistado culpó de todo al oficial Mery que ordenaba las planillas. Si no existe otro funcionario inferior a este oficial el culpable de todo tendrá que ser él. Siempre ocurre que el menos responsable es el más culpado. Por lo demás la justicia es siempre relativa.