SOBRE LOS EXPERTOS DE VORONOFF

Dos números atrás, se publicó en “Claridad” un artículo, titulado “Rejuvenecimiento”, firmado por el doctor Juan E. Carulla. A la verdad, es de lamentar que un médico se exprese con tanta lijereza sobre asuntos que seguramente no conoce a fondo. Aunque si bien lo pensamos, ha sido por esto, precisamente, por lo que ha opinado ya que es hoy la costumbre de dar juicios sobre lo que no se domina ni se ha estudiado. Es que hay dos cosas que separar: el descubrimiento o la aplicación de métodos conocidos para el rejuvenecimiento como dice el Dr. Carulla, de la comercialización que, por parte de Voronoff menos, se ha hecho de ellos al llevarlos a la práctica. Lo primero se apoya en bases científicas que no se puedan negar ni tomar en chunga; lo segundo, no lo califico. Y hecha esta distinción, quiero poner en su lugar algunos hechos que el Dr. Carulla expone en forma inexacta. Entrando en materia, dice el Dr. Carulla o más bien hace notar la exclusiva importancia que tiene el factor sexual en la apreciación de la vejez: “Se es viejo cuando se ha perdido la. capacidad reproductora y se rejuvenece al reconquistarla; he aquí una creencia implícita o confesada que parece ser común a los sabios y al vulgo.” Entendámonos; es ésta una generalización un poco peligrosa. Sabios o vulgo, en buen número de casos, acuerdan la vejez de individuos no porque hayan perdido su potencia, que conservan muchas veces, sino por el número, de achaques insuficiencias cardíacas, renales o hepáticas, que hacen del ser una sombra, hasta incapaz de aprovechar su poder sexual. Y hay también—es cierto—viejos que son impotentes y que cargan numerosas dolencias sobre sus espaldas. ¿Está seguro el Dr. Carulla que estos ancianos desean ardientemente ver reaparecer su potencia sexual o es que quieren pasar una vejez más tranquila, sin muchos de los trastornos inherentes a su edad? Podemos pasar aún porque los propios pacientes o el vulgo vea en la reaparición del poder sexual el rejuvenecimiento. Pero en lo que se refiere a los médicos, éstos no pueden pensar así. Por lo menos, los que conocen esta materia, nos dicen muy otra cosa. Hace algunos días, en una entrevista a Voronoff publicada en un diario, decía este médico: “No es exacto que con mi procedimiento se persiga la vuelta del poder sexual. Error. Lo que se persigue es aliviar el organismo de los achaques que acompañan a la vejez. Si con ello reaparece el poder sexual, tanto mejor, pero esto es secundario.” Si esto dice el propio Voronoff creo que a sus glosadores no les queda más remedio que tergiversar la verdad, si desean hacer las afirmaciones que hacen. Una de las personas a quien Voronoff hizo el injerto de testículo, se sentía más apenada del debilitamiento de su inteligencia, ya que era hombre cultísimo, que de la pérdida de su poder sexual que había ocurrido hacía 10 años. No por esto dejó de ser grande su sorpresa cuando a los 23 días después de operado experimentó una nueva erección ya que él “no podía esperar del injerto sino, a lo sumo, una mejoría de su estado general”. Pero donde demuestra el doctor Carulla no conocer los resultados obtenidos por los injertos de testículos, es al decir que éstos han producido solo mejorías parciales atinentes únicamente a la esfera sexual y que no se ha producido un verdadero caso de rejuvenecimiento. Mientras que todo aquel que conozca un poco estas cosas sabrá, que si bien es cierto que lo primero que se ha regenerado es la potencia sexual en los enfermos estudiados; al lado de éstos se han operado cambios tan grandes que en un caso el doctor Voronoff llegó a desconocer un paciente operado por él. Conoció a, un respetable anciano, que llegó a él apoyando su débil organismo en un bastón, demostrando en todo su físico las hondas huellas dejadas por los años y ,las enfermedades. Ocho meses después penetra en su estudio un caballero vigoroso de mirada brillante, de espíritu jovial. Era su operado, que venía de Suiza donde acababa de hacer una temporada de alpinismo. Y así dos o tres casos. Estos no son muy numerosos, porque los testículos de mono no son fácilmente alcanzables y ello explica el por qué Voronoff pasó más de un año sin hacer una operación. Dice él doctor Carulla que en los círculos científicos estos experimentos han sido recibidos con mucha frialdad y que abundan las razones para demostrarse pesimistas. Si estas razones se basaran en contra-experimentos no tendríamos nada que alegar, pero desgraciadamente no pasan de ser palabras. Es la, inercia, la fatal inercia que se opone a todo lo nuevo, por el solo hecho de ser nuevo. Se critica mucho a Voronoff la comercialización que ha hecho de sus descubrimientos. Yo creo que en lugar de criticar, los médicos rezongones debían experimentar y si obtenían buen resultado, habrían encontrado el medio más expedito de llenar su bolsa… con el aditamento de que en vista de este segundo resultado, serían de los más ardientes innovadores…! Yo pensé dedicarme a estudiar estos hechos convencido como estoy de que prolongan la vida, con la consiguiente desaparición de muchos achaques.

Pero una consideración importante me decidió a abandonar este estudio. Pensé que una vez obtenidos buenos resultados, se acercarían a mi muchas personas descosas de acogerse a los beneficios de los injertos. Imaginé que, con este propósito, llegarían a mi don Gonzalo Bulnes, el señor Alessandri o don Luis Claro Solar y… renuncié.

León GOMEZ.