LOS HECHOS DEL MUNDO

Nada parece más contradictorio que lo que ocurre en Rusia con la llamada campaña anti-religiosa. Por una parte el encarcelamiento de frailes por mayor y empleo de los métodos de la eliminación, con los traidores, porque los rusos a pesar de la famosa revolución, tienen las dos castas universales de los patriotas y los contrapatriotas; y por otro lado una gran convención de las iglesias de Rusia que proclama su más absoluta lealtad al gobierno sovietista y pide a Dios que mejor al papa Lenin. ¿Hay lucha anti-religiosa? Los gobernantes rusos han demostrado ser dignísimos sucesores de la tiranía zarista y con algunos perfeccionamientos. De ahí que hayan remplazado las peregrinaciones a Siberia por las ejecuciones fulminantes. Y así, dueños del poder, consiguieron exterminar a la nobleza y contener los movimientos extremistas, según los nuevos dictadores, todos son enemigos de la revolución y así confunden y persiguen con la misma saña a los antiguos explotadores y a los modernos libertarios.

“El mundo esta cansado de la libertad” ha dicho Mussolini: es preciso someterlo a una férrea disciplina para enrielarlo progresivamente” . tal es en síntesis el pensamiento fascista, Aunque llevado a la práctica ni los mismos militares del partido que apoya a Mussolini consiguen someterse a la “férrea disciplina” que ordena el jefe. La dictadura es Aceptable—dicen los diarios italianos, mientras en las provincias se pelean los caudillos del fascio, por conseguir el predominio y la jefatura de las divisiones del partido. Siguiendo este proceso de disgregación interna y de lucha por el poder dentro de sus filas, fatalmente y a corto plazo veremos la bancarrota del fascismo. Hasta ahora no se nota más voces de protesta que las de algunos diarios liberales, pero las masas revolucionarias parecen muertas, aunque parece imposible por otra parte que los obreros que alcanzaron a controlar las fabricas en las ciudades de más intensa actividad industrial, hayan perdido su dinamismo revolucionario.

Nuestros hermanos mayores, los yankis, como los llamo el profesor guerra de nuestra universidad, ocupados en criar a unos cuantos hermanitos pequeños de América han manifestado deseo de destetar al que ya creen apto para manejarse solito: la republica de santo domingo. Ocupada desde hace muchísimos años por tropas navales americanas, esta pequeña republica a podido disfrutar en santa paz de los encantos de la tiranía militar. En todo el tiempo de la ocupación, no se ha distraído el pueblo con el con el juguete de las elecciones, y en esto quizá haya recibido un beneficio, ni se a permitido el discurseo libre a que son tan aficionados los tropicales, ni menos la publicación de los diarios. En todas estas manifestaciones de vida nacional, el hermano mayor intervenía correccionalmente. Ahora dicen los americanos, fabricantes de la doctrina Monroe, que van a dejar solitos a los niños de santo Domingo, Pero aun no pueden arreglarles la constitución política, ni encontrar a la persona que se encargue de gobernarlos a nombre del hermano que se va. Cuando todo esto se encuentre listo los yankis se irán con sus doctrinas paternales a otra parte. Ya le sacaran el jugo a esos infelices.

Concluida la nunca bien alabada y afamada conferencia de santiago, los brasileros se quejan de que no tienen buenos buques con cañones bien grandes. Dicen ellos que en la últimas gran guerra sus acorazados no se veían tal bonitos como los de Inglaterra y EE. UU. Y como el Brasil a pasado a ser gran potencia es preciso que tenga gran escuadra. Que se van a gastar muchos millones de mil-reís; no importa: para eso están los 30 millones de brasileros trabajando para que las docenas de gobernantes se den el placer de ser jefes de una gran potencia; ¡ y cuanto no cuestan varios acorazados! Y allá seguramente de los millones que se pagan a los astilleros constructores y a las casas que fabrican los cañones y los proyectiles, algo quedara entre manos de los servidores públicos. Al fin y al cabo el sacrificio de gobernar una gran nación debe ser recompensado. Por otro lado el honor brasilero exige tener escuadra más fuerte que Argentina, y como Argentina también tiene honor y Chile no se queda chico por este lado, luego veremos la puja por comprar acorazados entre las tres hermanas queridas de Sud América

Jorge JILES