(Madera de Geo)

 EL CARTEL DE HOY

¡TRANVIARIOS!

¡Compañeritos tranviarios: así se pierden huelgas! Hambre, frío, dolor, enfermedades y miseria, todo lo habéis sufrido calladamente vosotros y vuestros hijos por obedecer la voz autoritaria de los caudillejos, de los funcionarios del sindicato. “¡Nada de violencias, nada de gritos destemplados, nada de acción directa: hay que respetar el material rodante y la vida de los rompe-huelgas: nosotros responderemos del triunfo, que será rápido y total! Hemos hablado con el intendente, con el alcalde, con don Arturito.. Dejadnos a nosotros… Arrojad de vuestro seno a los subversivos que predican la violencia!” Así decían los dirigentes y vosotros obedecíais: os escurríais como un turbión de agua sucia y silenciosa por las calles; y con ademan borreguil os sometíais al bastón de la autoridad esgrimido por el paco de punto, dejando pasar a vuestro lado los tranvías manejados por los “serruchos” y custodiados por dos carabineros armados con bala en boca… ¡Los capitalista y los gobernantes saben protegerse mútuamente saben defender sus intereses comunes, saben lo que es la lucha social: ellos predican, como vuestro judas, la abominación de la violencia y defienden sus cosas contra vuestras vidas, a tiros y a latigazos! ¡La guerra es la guerra: la lucha social es eso; ellos os están dando la lección; pero a sus arrestos viriles vosotros respondeis como maricas, acorralados en vuestros salones—transformados en filarmónicas y chinganas—bailando shimys y cuecas. Así se pierden huelgas, compañeritos tranviarios! ¡Id a casa del alcalde, del intendente, del Presidente de la República a buscar arbitraje; mandad las ovejas a guarecerse a la madriguera de los lobos! Ya tenéis el resultado: os da la Compañía sesenta días de plazo para ingresar al Sindicato Amarillo o Sociedad de Socorros Mutuos por ella organizada. ¡¡Compañeritos tranviarios!!: ni un vidrio roto, ni una línea despedazada, ni un alambre cortado, ni un carro volcado, ni una detonación que estremezca a los traidores, ni un rayo de luz que cruce la noche, y los krumiros rebosantes de salud… Sólo vosotros tenéis los pies machucados de tanto bailar y corretear a casa de los árbitros. ¡Qué diablos!, podéis ir aprovechado el agua blanca y el árnica de la Sociedad de Socorros Mutuos… ¡Así se pierden huelgas compañeritos tranviarios!

JUAN GUERRA.