(Madera de Geo)

EL CARTEL DE HOY

VICIO Y PATRIOTISMO

Hay que rehacer la vida, amigos, sacudir el árbol maleado, aventar las ramas, limpiar de gusanos la corteza del mundo. Volvamos a la sencillez de la verdad, a la pureza de costumbres, que ahí, sólo ahí, está la salvación de los hombres. Arrojemos el bagaje de miasmas del pasado enorme y obsesionante. Hundámonos, desnudos, puros, en la noche, hacia la albada. Seamos hombres para afirmar la rebeldía de la verdad! Hay que romper, en definitiva, la creencia, aureolada por leyendas de siglos, resplandecientes de prestigios vacíos. Por sobre todo, está la vida. La patria, cultivadora del vicio, es enemiga de la vida. Por la exacerbación morbosa del sentimiento nacional la belleza, la bondad, las virtudes de la cultura y de la civilización que resbalan—como manos de náufragos sobre la aridez de una roca—por el alma contemporánea, amenazan huir para siempre de la tierra. Seamos hombres para afirmar la rebeldía de la verdad! No tenemos sino nuestro grito henchido de verdades pujantes, nuestro grito que se pierde desamparando sobre el letargo de las multitudes. Más, he aquí que lanzamos nuestro grito como una semilla al porvenir. De frente al sol, con una bandera inútil bajo nuestros pies. Seamos hombres para afirmar la rebeldía de la verdad! Por esos harapos de color esas banderas que al cubrir a los hombres los transforman en bestias por esos flameantes símbolos efímeros que santifican el odio, la depredación, el pillaje y el incendio, la humanidad se pierde, el hombre se pierde, se pierde de la vida. Seamos hombres para afirmar la rebeldía de la verdad! De allá, de acá. surgen voces de bronce osadas en la prédica del credo nuevo. El clamor necesario ya se expande. Y todos dicen: la patria de hoy, no es la patria. Es el botín de los menguados, la tranquilidad de los fariseos y de los Césares, el sacrificio irremediable de las muchedumbres en la paz y en la guerra. Seamos hombres, amigos, defendamos la vida, afirmemos la rebeldía de la verdad!

Juvenal ERIC.