POEMAS

LAS COLUMNAS

Se han desplomado todas las columnas sobre mi vida; solo mi vida; solo tú sostienes con tu gracia la cúpula del ciclo. ¡Oh santa amparadora de mi muerte!

En mi deslumbramiento soy un grito. ¡Cómo me inundas con tu cabellera! y estoy tan lejos de tu maravilla que nunca ha de acercarme la tristeza.

Voy con tus sedas, vivo en tus cabellos y beso tu perfil en un suspiro y solo, gris como los dioses muertos, llora mi corazón en tus vestidos.

Tengo las manos transparentes de alma y nunca llegarán hasta tu rostro. Se han desplomado todas las columnas, la muerte caminó de Polo a Polo…

Pero en mis venas tu perfil fulgura. nadie me aizó más alto que tu gracia. Me atravesé de amor como el Ungido con las estrellas de sus cinco llagas.

ANGEL CRUCHAGA SANTA MARIA.

INSTANTE

He gustado tus besos y he adorado tu carne, fresca, con el perfume que tiene la pradera, Y con ansia indecible he estrechado tus senos bajo el enigma negro de tus grandes ojeras.

Y he sentido el ardiente placer que me enajena de tus caricias fuertes y de tus dientes blancos, preso en el ardoroso temblor de tus caderas movidas por los ágiles músculos de tus flancos.

Mujer, está manchada tu carne transparente por la lujuria enorme de tus amores tristes; pero yo te amo, te amo tan entrañablemente que si tú supieras, el amor que vendiste.

me hubieras ofrecido y en un abrazo mudo, pero, inmenso ardoroso, sensual y sobrehumano, cayeran enlazados nuestros cuerpos desnudos como un gajo de rosas al temblor de una mano.

OSCAR OLIVIER.